miércoles, 30 de septiembre de 2020

TAÑER O SONAR

 


Parroquia de San Miguel y San Sebastián 





Era una de mis asignaturas pendientes, pero el tiempo iba pasando, hasta que por fin mi ilusión se hizo realidad, gracias a mi amigo José Luis Castañer, un gran fotógrafo, y su influencia junto del gran maestro campanero Raúl Rubio. 

Nos reunimos e iniciamos la subida al campanario por la torre de la Iglesia de la Parroquia de San Miguel y San Sebastián. Como ocurre en casi todas las torres, el acceso a los campanarios es algo complejo, entre escalones estrechos y desgastados, pero por fin allí estaban cuatro hermosas campanas que el amigo Raúl hizo que sonaran magistralmente. 








Ese tañer o sonar repetidamente y con cierto compás en señal de fiesta me hizo vibrar de satisfacción, por fin se hacia realidad una de mis ilusiones.

Las fotos que vais a ver tienen la finalidad de mostrar las campanas y lo que se divisa desde el campanario. Hice una grabación de sonido que desconozco si aquí se va a poder reproducir, pero lo voy a intentar porque es algo único, no tiene nada que ver con lo que percibimos en la distancia.

Algunas fotos son de José Luis: las de la iglesia, exteriores.

Raúl y José Luis, muchas gracias.












Y mi ilusión se ha concretizado


El sistema no ha permitido una grabación más amplia. 



martes, 15 de septiembre de 2020

ENCIERRO, OBRA DE RAFAEL HUERTA CELAYA



 Era una de mis asignaturas pendientes, ver de cerca esta gran obra de Don Rafael, de mi amigo Rafael, de este gran escultor, de este gran artista… Mi FELICITACIÓN… Eres enorme!!!

 Rafael Huerta Celaya nace en 1929 en Bilbao, ciudad en la que transcurre su juventud. Hijo del escultor Moisés Huerta, Rafael vive en un ambiente artístico que le influirá decisivamente y se materializa en su decisión de trasladarse a Madrid y cursar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en donde, en 1951, obtiene el título con mención especial en el apartado de escultura.

En 1952 obtiene la plaza de profesor de modelado en la Escuela de Artes y Oficios de Corella, donde permanece veinte años, y de donde se traslada a la Escuela de Artes y Oficio de Pamplona, Centro  donde llega a ser su director.
La obra pública de Rafael Huerta es escasa, pero de gran calidad. Sin duda su dedicación a al enseñanza ha influido negativamente en su mayor proyección como escultor

Desde 1987 se centra en su trabajo de escultor desarrollando gran actividad dentro de la escultura pública. 

 

Obras escultóricas

·       "Sagrado Corazón", 1958, Corella, Navarra.

·       "Monumento a Margarita de l´Aigle", 1958, Corella, Navarra

·       "Monumento a Ataúlfo Argenta", 1961, Castro Urdiales, Cantabria.

·       "Sagrado Corazón", 1961, Funes, Navarra.

·       "Monumento al pastor vasco", 1983, Idiazábal, Guipúzcoa

·       "Rebotando al revés", 1990, N-111, Avenida de Aróstegui, Echavacóiz, Pamplona. 

·       "El sueño", 1990, Casco viejo de Pamplona.

·       "Monumento al Encierro", 1994, en su primera fase, ampliación en 2007. Avenida de Roncesvalles del Segundo Ensanche de Pamplona.

·       "Monumento a Nicasio Landa", abril de 1999, se rindió homenaje al doctor a iniciativa de José Javier Viñes Rueda.

·       "Escultura en bronce en honor de José Joaquín Arazuri", médico e historiador pamplones, 2003, Pamplona, Navarra.

·       "Escultura en bronce de San José María Escrivá de Balaguer", fundador del Opus Dei. La obra se encuentra en la Iglesia de San Juan del Hospital de la ciudad de Valencia.


ENCIERRO

Se ha convertido en uno de los principales reclamos fotográficos para los visitantes y oriundos de la capital navarra. A propios y extraños les fascina la fuerza que emana de la escultura del Monumento al Encierro, obra del escultor bilbaíno Rafael Huerta Celaya. Este año se cumple el vigésimo aniversario de su instalación en la avenida de Roncesvalles con Carlos III, dos décadas en las que este conjunto escultórico en bronce se ha convertido en una de las estampas más retratadas. 

El Ayuntamiento de Pamplona realizó el encargo a Rafael Huerta en 1991, y éste ya contaba con un boceto realizado por propia iniciativa. El reto fue muy complicado. "Esta obra exigía dominar tantas dificultades artísticas y técnicas que no resultaba fácil salir airoso de la prueba. No es lo mismo modelar una figura que está posando que una composición en movimiento y que sus integrantes se tengan en pie. Hay que saber dibujar de retentiva y es evidente que a un toro no te puedes acercar ni aunque se esté quieto. Tampoco me sirvieron las fotografías, recibí más de 500 y ninguna me ayudó. Además, me llevé algunos sustos al arrimarme y medir mal la distancia en varias ganaderías", comenta el escultor.











Su idea inicial era un conjunto que albergase diez corredores, seis toros y tres cabestros, pero se desechó por la inversión que conllevaba. Por eso, en 1994 la escultura representaba a dos mozos del encierro frente a un toro bravo en actitud de embestir, y pesaba  1.500 kilos. "Elegí el bronce porque es un material noble que permite como ningún otro llevar a término actitudes que no podrían hacerse en mármol. Este bronce es diferente porque no tiene plomo que perjudica a los operarios; resulta más duro y tiene un dorado excelente", opina Rafael Huerta.

Afincado en Badostáin desde hace años, el escultor de 
91 años se identifica plenamente con los Sanfermines y los ha vivido con intensidad. Su proyecto inicial se vio materializado cuando se inauguró, en marzo de 2007, la ampliación del monumento. El conjunto ganó ocho mozos, cinco toros y tres cabestros, con unas dimensiones de once metros de longitud y cuatro de anchura. 

No se vio exento de polémica, ya que el artista puso rostros conocidos, como el suyo propio, a los corredores, y se tuvo que 
prohibir a los viandantes que se subiesen a la instalación. Gracias a la obra de Huerta, la intensidad y la adrenalina del encierro han quedado inmortalizadas para la posteridad, y el artista cree que el público ha recibido su obra con agrado. "Dudo que los navarros hubiesen preferido una obra abstracta, se podría hacer un referéndum y que los pueblos se manifiesten. Todos me dicen que les gusta, incluso a los que pregunto sin conocerme. Lo que no me gustó es que me obligasen a cortar dos cabeza porque eran retratos de mucha calidad artística y muy justificados por diferentes méritos personales. Es tanta mi admiración al corredor del encierro que me hubiese gustado retratar a los diez mejores corredores de todos los tiempos, lo que seguramente está en la mente de los buenos aficionados. A lo mejor se tiene en cuenta cuando se proceda a construir el Museo del Encierro que nos tienen prometido...", concluye Rafael Huerta.


Gracias Don Rafael por todo, incluido ese bello dibujo que me ha regalado de mi PORTO.