Fachada barroca de la Catedral, puerta de los hierros.
Cuando en el siglo XV se prolongaron las naves para alcanzar el campanario y la sala capitular, el arquitecto Pere Compte (autor también de la Lonja de Valencia), edificó en 1496 el pasillo de acceso al aula antigua.
La puerta de entrada tiene una portada gótica labrada por Pere Balaguer en 1424. A un lado del pasillo se ve, entre otros, el monumento funerario del obispo Vidal de Planes, constructor del aula capitular y la Adoración de los pastores, pintura al fresco (1472) de Francesco Pagano de Neapoli y Paolo de San Leocadio, de la sala capitular, pasada a lienzo, que fue la prueba para su decoración de la capilla mayor.
En una capilla se contempla el retablo de San Miguel (Comienzos del S. XVI), obra temprana de Vicente Macip. Si bien las pinturas muestran el tránsito al Renacimiento, tiene la estructura clásica de los retablos de los siglos XIV y XV.
En 1916 se trasladó el Santo Cáliz al aula capitular, que pasó a ser la capilla actual. La capilla es de estilo gótico florido (S. XIV); tiene planta cuadrada y paredes lisas, de piedra labrada. Se construyó por disposición del Obispo Vidal de Blanes entre los años 1365-1369. En ella se celebraron Cortes del Reino y se dieron clases de Teología, entre otros por San Vicente Ferrer.
Mide 13 metros de lado por 16 de altura, y se cubre con una elevada bóveda de crucería nervada en forma de estrella cuyos nervios se prolongan hasta descansar sobre unas ménsulas policromadas. En las claves de la bóveda están los doce Apóstoles, y, en la clave central, la coronación de la Virgen en el cielo después de la Asunción, misterio titular de esta Catedral.
Este espacio no fue afectado por la reforma neoclásica del siglo XVIII y en él se colocó el retablo de alabastro, antigua entrada del coro (siglo XV) En este marco destacan los doce relieves del florentino Giuliano Poggibonsi (discípulo de Ghiberti, Puertas del Paraíso, Florencia) Las escenas inferiores corresponden al Antiguo Testamento y son profecía de las superiores, del Nuevo Testamento.
En los muros se pueden ver la Adoración de los Reyes, pintura al fresco por Nicolás Florentino (1472), y las cadenas que cerraban el puerto de Marsella y traídas por Alfonso V el Magnánimo en el siglo XV.
El Santo Cáliz
La sagrada reliquia del Cáliz del Señor, es, según los arqueólogos, una copa de ágata finamente pulida fabricada a comienzos del siglo I en Siria o Egipto. Seria la “Copa de bendición” de la familia de Jerusalén que ofreció su casa Jesús para que celebrase allí la última Cena. Según los evangelios sinópticos y san Pablo, el Señor, siguió el rito de la Pascua y, después de consagrar el pan, cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, y todos bebieron.
El precioso vaso fue llevado por san Pedro a Roma, donde lo siguieron utilizando los Papas, según atestigua el Canon Romano, traducción de un texto griego primitivo.
Durante la persecución de Valeriano (258), el Papa san Sixto II lo confió a su diácono san Lorenzo, el cual lo envió a Huesca, su lugar de nacimiento. Allí se conservó hasta que, huyendo de la invasión islámica (711), fue escondido en aquellas montañas, en el valle de Hecho.
El avance del reino cristiano de Aragón llevó el Santo Cáliz al monasterio de San Juan de la Peña. A partir del siglo XI pasó a ser conocido por los peregrinos de Santiago de Compostela dando origen a las leyendas de los caballeros del Santo Grial.
El rey Martín el Humano lo llevó a su Palacio de Zaragoza en el año 1399, y Alfonso V el Magnánimo lo trasladó al palacio Real de Valencia hasta que lo entregó a la Catedral en 1437.
Durante la Guerra da independencia fue llevado a Alicante en 1809. Devuelto en 1813, permaneció oculto en Carlet (valencia) durante la Guerra Civil (1936-1939) hasta ser repuesto en la antigua Sala Capitular, actual Capilla del Santo Cáliz, donde se venera.
El 8 de noviembre de 1982, el Papa Juan Pablo II celebró eucaristía en Valencia y usó esta sagrada reliquia que, en palabras del pontífice, es “vestigio del paso de Cristo por la tierra”. Lo mismo hizo el Papa Benedicto XVI cuando visitó Valencia el 8 de julio de 2006, durante el V Encuentro Mundial de la Familias.