La Plaza de
San Marcos es una de las plazas más bonitas del mundo. Napoleón Bonaparte la
definió como "El Salón más Bello
de Europa".
Es un
lugar de mucha actividad, motivada por la frecuencia de turistas que la cubren
diariamente. O los que se sientan en el Florian u otro café aledaño para
descansar, tomar un buen café o helado mientras suena la música o, simplemente, disfrutar del vuelo acrobático de las palomas. Posee un encanto
único.
Su
entorno está rodeado de edificios emblemáticos con la característica
arquitectura de la época. Hay un predominio de majestuosidad y belleza,
inigualable el de la Basílica de San Marcos, El Campanario, El Palacio Ducal y
la singular Torre del reloj. Todo ello en contraste con lo degradados que se
encuentran muchos edificios de la
ciudad, hasta diría que en ruinas.
Os dejo este conjunto de fotos que fui sacando en distintas horas del día para que aprecieis los contrastes... si, es que llegamos con niebla.
Buen provecho...